Escrita un 11 de Abril de no sé qué años, y basado en un hecho REAL, dejo aquí una de las mayores revelaciones de mi vida:
Todo el mundo sabe que el Servicio, Baño, Urinario, Retrete (o como quieran llamarlo) es uno de los sitios más visitados, no sólo con mayor frecuencia, sino que muchas veces en estos sitios - dependiendo de las disfunciones de cada un© - se pasa un© mucho tiempo. Yo tengo que reconocer que soy Estreñía... que se le va a hacer, hay quien piensa que me comporto como una estreñía... y hace poco leí que el ser estreñío era sinónimo de avaricia, puesto que representa nuestra manifestación inconsciente de querer retenerlo todo para nosotros mismos y no querer 'soltar' absolutamente nada... (otra vez estoy divagando, lo siento).
El caso es que - por diversos motivos - siempre he considerado el servicio un lugar de reflexión y de inspiración. Considero que los mayores y más grandes inventos de nuestra historia fueron pensados e ideados en esos delicados momentos en los que concentramos nuestros esfuerzos en aquellas especiales necesidades fisiológicas.
Es por tanto, un motivo más por el que acudir con mucha mayor frecuencia y dedicar el mayor tiempo posible en el empleo de tan árdua tarea, aguantarse, sería contraproducente, no sólo para nuesto bienestar físico, sino para el futuro avance de la humanidad.
Teniendo estos factores en cuenta, encontrábame yo tranquilamente sentada haciéndo 'pasatiempos' en mi habitación. Cuando la naturaleza llamó con la mayor de las fuerzas a mi puerta. Reconozco que yo no estaba con ganas de tener que transportar mi cuerpo desde mi cómoda cama hacia el frío trono de porcelana donde se me esperaba para contribuir con mi granito de arena, gracias al cúmulo de mis esfuerzos, al bienestar mundial. Máxime que ahora convaleciente y con un pié escayolado, no estaba yo predispuesta a las prisas que requería tan importante evento.
Pero haciéndo un acopio de todas las fuerzas de las que disponía, obedecí a la llamada insistente a la naturaleza y me desplazé al lugar acordado para hacer lo convenido. En esta ocasión - raro en mi - no me costó mucho tiempo concluir con la tarea a la que había sido encomendada, (raro en mí, recordemos que soy una estreñía). Pero, viendo lo facil y rápido de la tarea quise comprobar cómo había sido el resultado final de mis esfuerzos, y si estos habían o no merecido la pena.
Entonces, cuando me levanté y observé lo que había creado comprendí perfectamente porqué había sido llamada con tanta urgencia para tal evento. Y ante la revelación que se mostró a mis ojos todos el esfuerzo que me había ocasionado el acudir a la cita de ese día, así como todos mis esfuerzos anteriores efectuados como estrenía crónica, tenían sus frutos en la nueva revelación conseguida.
Y es que, ante mis ojos, me encontré maravillada con que una de mis creaciones, bueno, dos o tres de ellas, tenían una bonita y perfecta forma de corazón. (Que no quiero yo ni imaginar en los familiares de quien estaría me estaría acordando para conseguir que mis creaciones se manifestaran en semejante forma...) Una perfecta forma de corazón marrón semenjante a esos corazones que sacamos de la Caja Roja de Nestlé (Aunque apuesto a que el sabor es ligeramente distinto...) y contemplando lo creativamente que había desarrollado mi tarea esta vez me emocioné al ver lo que la naturaleza tenía tanta prisa por hacerme ver, y me sensibilicé ante el descubrimiento - casi mágico - de algo que siempre había sospechado.
Señoras, Señores, no tengan más dudas sentimentales de ahora en adelante. No vuelvan a derramar lágrimas por un corazón herido o un amante perdido, puesto que gracias mi honorable esfuerzo queda demostrado científicamente algo que hasta el momento sólo se podía congeturar.
EL AMOR ES UNA MIERDA!!!!
El caso es que - por diversos motivos - siempre he considerado el servicio un lugar de reflexión y de inspiración. Considero que los mayores y más grandes inventos de nuestra historia fueron pensados e ideados en esos delicados momentos en los que concentramos nuestros esfuerzos en aquellas especiales necesidades fisiológicas.
Es por tanto, un motivo más por el que acudir con mucha mayor frecuencia y dedicar el mayor tiempo posible en el empleo de tan árdua tarea, aguantarse, sería contraproducente, no sólo para nuesto bienestar físico, sino para el futuro avance de la humanidad.
Teniendo estos factores en cuenta, encontrábame yo tranquilamente sentada haciéndo 'pasatiempos' en mi habitación. Cuando la naturaleza llamó con la mayor de las fuerzas a mi puerta. Reconozco que yo no estaba con ganas de tener que transportar mi cuerpo desde mi cómoda cama hacia el frío trono de porcelana donde se me esperaba para contribuir con mi granito de arena, gracias al cúmulo de mis esfuerzos, al bienestar mundial. Máxime que ahora convaleciente y con un pié escayolado, no estaba yo predispuesta a las prisas que requería tan importante evento.
Pero haciéndo un acopio de todas las fuerzas de las que disponía, obedecí a la llamada insistente a la naturaleza y me desplazé al lugar acordado para hacer lo convenido. En esta ocasión - raro en mi - no me costó mucho tiempo concluir con la tarea a la que había sido encomendada, (raro en mí, recordemos que soy una estreñía). Pero, viendo lo facil y rápido de la tarea quise comprobar cómo había sido el resultado final de mis esfuerzos, y si estos habían o no merecido la pena.
Entonces, cuando me levanté y observé lo que había creado comprendí perfectamente porqué había sido llamada con tanta urgencia para tal evento. Y ante la revelación que se mostró a mis ojos todos el esfuerzo que me había ocasionado el acudir a la cita de ese día, así como todos mis esfuerzos anteriores efectuados como estrenía crónica, tenían sus frutos en la nueva revelación conseguida.
Y es que, ante mis ojos, me encontré maravillada con que una de mis creaciones, bueno, dos o tres de ellas, tenían una bonita y perfecta forma de corazón. (Que no quiero yo ni imaginar en los familiares de quien estaría me estaría acordando para conseguir que mis creaciones se manifestaran en semejante forma...) Una perfecta forma de corazón marrón semenjante a esos corazones que sacamos de la Caja Roja de Nestlé (Aunque apuesto a que el sabor es ligeramente distinto...) y contemplando lo creativamente que había desarrollado mi tarea esta vez me emocioné al ver lo que la naturaleza tenía tanta prisa por hacerme ver, y me sensibilicé ante el descubrimiento - casi mágico - de algo que siempre había sospechado.
Señoras, Señores, no tengan más dudas sentimentales de ahora en adelante. No vuelvan a derramar lágrimas por un corazón herido o un amante perdido, puesto que gracias mi honorable esfuerzo queda demostrado científicamente algo que hasta el momento sólo se podía congeturar.
EL AMOR ES UNA MIERDA!!!!
Saludos,
Cyris.
